lunes, septiembre 04, 2006

CUANDO NO HAY TIEMPO

NOMEACUERDO7.DOC


Volver al origen, pasar por el mismo punto, repetir una y otra vez una acción natural o humana nos da esa paradojal concepción de no masa, de no espacio llamada tiempo. Todo vuelve a empezar. Una vuelta al sol por cada 365 vueltas sobre nuestro particular eje y una vuelta al eje por cada aparición o desaparición solar, la luna vuelve a estar llena después de 28 giros del sol y la aparición de este último la medimos en 24 vueltas del reloj que a su vez se subdivide en 60, y en 60. Cuando nada se repite como para contar, no existe el tiempo. Se necesitan las volver-vueltas, los giro-ciclos, las oscilaciones-frecuencias, pues sin movimiento no hay tiempo, sin repetición tampoco.
Recordar o re-cordar mas tiene que ver con que la cabeza nos de vueltas en ciclos mas o menos amplios para llegar donde mismo. Pero es donde mismo? Casi, se repite pero no se repite, un ruidillo nos desvía un poquito, pasamos donde mismo pero esta vez la proveniencia es de otro lado y el destino insospechado. Lo que cuenta es la cuenta.
Un fin de semana excitado o un carrete ameno y conversado hasta la ultima carcajada dejan la impresión de que el reloj nos ha mentido al adelantarse sin razón y de manera inexorable para el urbi et orbe, llevándonos a pensar que se ha estado en otra dimensión sin haber cambiado nunca las masas ni los espacios. Caemos en la cuenta cuando el sol de media mañana canta y los pajaritos nos refrescan el apretado rostro, sintiendo que el reloj nos ha boicoteado y la noche se ha hecho corta entre tantas piscolas verdes que rayan la pantalla con sus golpecitos de corriente alterna. Mientras más repetido, rutinario o familiar sea todo mayor es la percepción de pulsación temporal, te cuento.
Por eso, en el vertiginoso placer las vivencias nuevas se concatenan a la espera del re-cordar que permanece abierto sin cerrar el ciclo unitario. Y cuando esto ocurre, es nuestra unidad la que cuesta estirar para distribuirlas entre tantas vueltas del aparatito aquel. A la inversa, un latente y latero fin de sapping-semana como hay muchos, nada es nuevo y todo se acumula por superposición y nos quedamos pegadospegados en una sobre-existencia cíclica difícil de comprimir en solo una vuelta del inexorable aparatito mismo. Que equivocado estaba cuando pensé que el manzana Newton o el jodido Einstein eran los chistositos que me cambiaban la hora.
Al finalizar –cuando ya no hay vuelta- quien se apronta a morir sobrevive solo de re- cuerdos.
Vivir mejor es vivir más por unidad de tiempo y
el tener mucho qué olvidar aaalllaaarrrgggaaa
la vida, sin volver al origen.
(Eso por un lado.)
¡Tiempo!!!!!!


Leo Deceau-Ríos

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